No son buenos vientos los que corren para la integración social de América Latina, el desembarque de gobiernos neoconservadores está borrando cualquier intento pasado de superar las barreras y divisiones que existen entre los pueblos del continente.
Desde las miles de luchas que surgen de los movimientos y actores sociales, el desafío de un espacio educativo universitario que reúna saberes y metodologías latinoamericanas, siempre ha estado vigente ya sea como intercambio educativo desde los movimientos hasta pensar en movilidad estudiantil que enriquezca la formación superior.
En Brasil, otra vez es la educación pública el blanco de los ataques de sectores conservadores que bajo la bandera de la optimización de los recursos nacionales ejecutan estrategias desde la institucionalidad democrática de desmantelamiento de movimientos sociales.
La Universidad Federal de Integración Latinoamericana, UNILA, es un proyecto que funciona desde hace 7 años en el sur de Brasil, con una osada apuesta por el multiculturalismo y la formación con perspectiva social y americanista. Fundada por el ex presidente Luiz Inacio “Lula” Da Silva, en su segundo mandato presidencial, comenzó con estudiantes provenientes de la región del Mercosur, y hoy tiene estudiantes de México a la Patagonia.
La casa de estudios superiores ubicada en Foz de Iguazú, recibió el apoyo transversal de todas las esferas de la política brasilera de aquel entonces, generando profundo interés por ser la primera universidad que respondía a la necesidad de integración regional educativa para jóvenes de diversas nacionalidades.
El bilingüismo y el multiculturalismo han sido los pilares de la universidad, la información y clases se entregan en portugués y español, fomentando un respeto fundamental por las culturas de todos los pueblos de américa latina. Su enfoque apunta a la formación de hombres y mujeres capaces de contribuir con la integración latinoamericana, el desarrollo regional y el intercambio cultural, científico y educacional en la región.
Lucas Ribeiro Mezquita, académico de UNILA y director del Instituto de Estudios Avanzados del Mercosur, comenta las condiciones que hacen de esta universidad un espacio único en la región, y como han desarrollado además un enfoque interdisciplinar a la hora de pensar los programas de estudio.
Educación integral en riesgo
Las 29 carreras existentes en la universidad, más los 12 programas de posgrado existentes han sido diseñados para reformular la enseñanza superior segmentada en áreas de conocimiento y poder dar interculturalidad y transdisciplinariedad al saber teórico y práctico de América Latina.
La crisis política de Brasil también golpea este espacio universitario, ya que hoy diversos intereses políticos, económicos y culturales plantean que UNILA es un espacio de formación ideológica que desperdicia los recursos de la nación en extranjeros y extranjeras. Inclusive el senador Alvaro Díaz del Partido Verde, señaló que la universidad era un “desperdicio de recursos públicos y un centro de formación en doctrinas bolivarianas”.
Hoy la UNILA enfrenta una amenaza real que puede acabar con el desarrollo de este modelo educativo que integra a culturas y nacionalidades. Una enmienda provisoria sobre financiamiento universitario del diputado Sergio Souza, del PMDB Partido Movimiento Democrático Brasilero, propone reemplazar esta casa de estudios con una nueva universidad en el estado de Paraná, zona vital para el agronegocio brasilero, sector económico que ha protagonizado las reformas conservadoras vigentes.
La respuesta de diversos movimientos sociales fue contundente al señalar la reforma como una maniobra política que pretende destruir las bases de la educación pública partiendo por los espacios que hoy están repensando la educación superior.
Marianna Dias, presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes señaló que desde el parlamento se quiere acabar con una educación integrada con compromiso social.
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Fuente: radiojgm