Ante la grave situación que viven ciudadanos y ciudadanas de la hermana República del Paraguay, expuestos hoy a una epidemia de fiebre amarilla, la que ya ha cobrado víctimas fatales y condena a la sociedad al temor, indefención e incertidumbre, por falta de vacunas y precariedad absoluta en el sistema de salud.
Las Escuelas de Ciudadanía, y en particular con mayor énfasis las de la región NEA de la Argentina –Chaco, Misiones, Corrientes, Formosa-, queremos expresar nuestra solidaridad con el pueblo paraguayo y con la región MERCOSUR en situación de riesgo. Solidaridad que pretende ir más allá de una nota, un momento compartido o un abrazo; solidaridad que busca unir movilizaciones y objetivos en el marco de una región pensada social y solidaria en su integración.
Este hecho tan increíblemente fuera de lo que los avances tecnológicos brindan en salud y prevención, presenta la dicotomía de una ciencia y técnica caminando disociadas, por un lado creciendo y brindando mejor calidad de vida para unos y por otro lado abandonando a grupos humanos ante situaciones de extrema gravedad.
Y esto tiene explicación: que un sistema de vacunación, prevención de enfermedades, falle en una región reconocida vulnerable por razones socio económicas y geográficas, devela la absoluta FALTA DE POLÍTICAS PUBLICAS adecuadas.
Esta situación en Paraguay, además deja ver la enorme brecha entre ricos y pobres, al reconocer que un sector rico y poderoso tiene acceso al sistema de vacunación y el enorme sector de campesinos / as, trabajadores / as, ciudadanos /as debe hacer largas colas, traslados y hasta migrar para lograr la necesaria y elemental herramienta sanitaria concebida en una vacuna y en el sistema de vacunación.
Pensar, en posibles barreras sanitarias, como quiere hacer el gobierno paraguayo hoy, resulta un paliativo carente de sustento racional, porque, mirando algunas aristas de esta posibilidad, vemos que, en primer lugar se trata de un vector trasmisor de la enfermedad, resulta por lo tanto imposible establecer una frontera sanitaria. Otra es la que, como habitantes de América Latina, no podemos permitirnos barreras sanitarias por ausencia del Estado, el que tiene la obligación de reconocer como derecho humano el acceso a la salud. Nos parece válido denunciar esta situación, la falta de políticas y el riesgo que implica para toda la región.
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Nos parece válido también mencionar el aporte de países como Argentina, Brasil, Perú, Venezuela y otros quienes han contribuido con la provisión de vacunas al país hermano.
Creemos necesario el compromiso de las organizaciones y la ciudadanía para encontrar formas que permitan construir poder político y social que habilite la incidencia en políticas públicas, democráticas, incluyentes y liberadoras. Desde esta perspectiva, bregamos para que se solucione en forma inmediata la situación de la ciudadanía paraguaya, solicitamos se establezcan en forma inmediata mecanismos de vacunación masiva que no violenten a la ciudadanía.
Nuestra presencia cobra sentido porque queremos reconocernos unidos en las luchas de los pueblos, que como en el caso del Paraguay, quiere vencer barreras y construir andamiajes en donde sin dificultad se logre la distribución de riqueza empezando ésta por una de las más valoradas y genuinas: la salud.
Abrazarnos en la hermandad de pueblos por nuestros orígenes y condiciones sociales, movilizarnos y comunicarnos, habilita el impacto en acciones de gobierno para salvar la “enferma salud pública” y exponer saludable LA VIDA.
Escuelas de Ciudadanía Región NEA – Argentina
Escuelas de Ciudadanía Proyecto “Centro Nueva Tierra”.